A veces nos dejamos llevar por modas o tendencias y olvidamos la elegancia de la sencillez, Tal vez por venir de un país nórdico como Suecia, Frida y Fredrik tenían claro que tal premisa era perfecta para ellos.

Decidieron que la finca de Son Bosch era la más indicada para su boda en Mallorca, con sus vistas a esa naturaleza tan propia de nuestra pequeña isla. Un circulo enmarcado por la preciosa Sierra de Tramontana el lugar elegido para la boda. Tras la ceremonia el patio de la casa señorial sirvió para un banquete en el que predominaban los toques mediterráneos, una cena a base de productos Baleares y el calor de los suyos.

Una muy animada fiesta en la antigua tafona de aceite fue el punto y final de un día perfecto.

 

 

VIEW TAGS