Y es que Antonia y Miquel Angel hicieron algo poco común, casarse en pleno Club de golf de Alcanada. Un paisaje idílico languidecía y perdía algo de protagonismo en comparación a esta pareja y todos sus invitados, sus caras de ilusión, alegría y emoción llenaban totalmente ese espacio natural. Los colores del atardecer ayudaron a poner el broche de oro a una ceremonia ya de por si preciosa, tiñendo el cielo de un rosáceo típico de la zona.
El elegante vestido de Rosa Clarà y los zapatos Jimmy Choo que lucia Antonia no hacían más que resaltar la elegancia de esta boda. Así como las pajaritas a diferentes colores que llevaron sus amigos, el desparpajo y picaresca de los mismos.