No es un secreto que nos encanta viajar, cualquier excusa es buena, y es que explorar el mundo es una de esas cosas que te enriquece como persona y te hace ver las cosas desde otra perspectiva.

Por eso cuando se nos ofrece la posibilidad de hacer una boda fuera de nuestro territorio siempre nos emocionamos e intentamos reflejar la cultura del país en el que nos hallamos. Para nosotros volver a Francia siempre es un placer, no es nuestra primera boda en el país vecino, y esperamos que no sea la ultima.

Para arrancar este post solo nos queda presentaros a Caterine y Florent, una pareja Parisina que querían casarse en Rodez, concretamente en el precioso Chateau de Labro, y la siguiente es su historia.

Gracias por cumplir vuestro sueño junto a nosotros.