Si hay algo de lo que como fotógrafos de boda podemos estar orgullosos es que para la gente de fuera, casarse en Mallorca está de moda.
Y es que el clima sumado a las bellas localizaciones de las que dispone la isla son un gran aliciente para que gente de todos los países del globo elijan nuestra pequeña roca como destino para sus “destination wedding”
Bodas únicas y muy personales, donde los novios y sus amigos y familiares vienen a pasar unas agradables vacaciones, a disfrutar de su boda y pasárselo bien, y eso se nota, el desparpajo, alegría y su gran predisposición a la fiesta se respiran desde el primer momento en que empieza todo.
Fotografiar una boda en esas circunstancias se convierte en algo maravilloso.
En ello es experta nuestra amiga Simone de Mallorca Princess, capta perfectamente los deseos de sus clientes y los convierte en realidad.
A la historia de Marco y Emina me remito, una preciosa ceremonia en la pequeña hermita de Bonany seguido por una fiesta por todo lo alto en la increíble finca de Ses Voltes
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